Objetivo:
Fomentar a través de la oración del Rosario ya sea en forma personal o comunitaria, la intención de orar por las vocaciones de especial consagración.
Esquema de oración:
“La cosecha es abundante, pero los obreros son pocos. Rueguen por tanto al dueño de la cosecha que envíe obreros a recogerla” Mt 9,38
Nuestro auxilio es el nombre del señor
R. Que hizo el cielo y la tierra.
Gloria al padre...
O bien
Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre...
I. Primer misterio. Contemplamos la vocación de Samuel
Lectura bíblica 1 Sam 3, 1-10
“El joven Samuel estaba al servicio del Señor con Elí. La palabra del Señor era rara en aquel tiempo y no eran frecuentes las visiones. Un día estaba Elí Acostado en su habitación. Sus ojos comenzaban a debilitarse y apenas podía ver. La lámpara de Dios todavía no se había apagado. Samuel estaba durmiendo en el santuario del Señor, donde estaba el arca de Dios. El Señor llamó a Samuel: ¡Samuel, Samuel!
Él respondió: Aquí estoy.
Fue corriendo a donde estaba Elí y le dijo: Aquí estoy, porque me has llamado.
Elí respondió: No te he llamado, vuelve a acostarte.
Y Samuel fue acostarse, pero el Señor lo llamó otra vez: ¡Samuel!
Samuel se levantó, fue donde estaba Elí y el dijo: Aquí estoy, porque me has llamado.
Respondió Elí: no te he llamado, hijo mío, acuestate de nuevo.
Samuel no conocía todavía al Señor. No se le había revelado aun la palabra del señor.
Por tercera vez llamó el Señor a Samuel; éste se levantó, fue donde estaba Elí y le dijo: Aquí estoy , porque me has llamado.
Comprendió entonces Elí que era el señor el que llamaba al joven, y le aconsejo: veté a acostarte, y si te llaman responde: Habla Señor que tu siervo escucha.
Samuel fue y se acostó en su sitio. Vino el Señor, se acercó y lo llamó como las otras veces: ¡Samuel, Samuel!
Samuel respondió: Habla, que tu siervo escucha.”
Antífona: “Habla Señor, que tu siervo escucha”
Padre nuestro..., las diez Ave María y el Gloria
(se repite la antífona)
Lectura bíblica Jer 1, 4-8
“El Señor me habló así:
Antes de formarte en el vientre te conocí; antes de que salieras del seno te consagré, te constituí profeta de las naciones. Yo dije: ¡Ah Señor, mira que no sé hablar, pues soy un niño!
Y el Señor me respondió: “No digas soy un niño”, porque irás donde te envíe y dirás todo lo que yo te ordene. No les tengas miedo, pues yo estoy contigo para liberarte, oráculo del Señor”.
Antífona: “No les tengas miedo, pues yo estoy contigo”
Padre nuestro..., las diez Ave María y el Gloria (se repita la antífona)
III. Tercer misterio. Contemplamos la llamada de los primeros discípulos.
Lectura bíblica Mc 1, 16-20
“Paseando Jesús junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que estaban echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres. Ellos dejaron inmediatamente las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan. Estaban en la barca reparando las redes. Jesús los llamó también; y ellos dejando a su padre Zebedeo en la barca con los trabajadores, se fueron con él”.
Antífona: “Dejaron inmediatamente las redes y lo siguieron”
Padre nuestro..., las diez Ave María y el Gloria (se repite la antífona)
IV. Cuarto misterio. Contemplamos la elección María para ser la madre del Señor.
Lectura bíblica Lc 1, 26-38
“Al sexto mes envió Dios al ángel Gabriel, a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una joven desposada con un hombre llamado José, de la descendencia de David; el nombre de la joven era María. El ángel entró donde estaba María y le dijo:
Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo.
Al oír esta palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba que significaba tal saludo. El ángel le dijo:
No temas María pues Dios te ha concedido su favor. Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. El será grande, será llamado hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la descendencia de Jacob por siempre y su reino no tendrá fin.
María dijo al ángel:
¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones con ningún hombre?
El ángel le contestó:
El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra ; por eso, el que va ha nacer será santo y se llamará Hijo de Dios. Mira, tu pariente Isabel también a concebido un hijo en su vejez, y ya esta de seis meses la que todos tenían por estéril; porque para Dios nada hay imposible.
María dijo:
Aquí esta la esclava del Seño, que me suceda como tu dices.
Y el ángel la dejó”.
Antífona: “Aquí esta la esclava del Señor”
II. Segundo misterio: Contemplamos la vocación de Jeremías.
Lectura bíblica Jer 1, 4-8
“El Señor me habló así:
Antes de formarte en el vientre te conocí; antes de que salieras del seno te consagré, te constituí profeta de las naciones. Yo dije: ¡Ah Señor, mira que no sé hablar, pues soy un niño!
Y el Señor me respondió: “No digas soy un niño”, porque irás donde te envíe y dirás todo lo que yo te ordene. No les tengas miedo, pues yo estoy contigo para liberarte, oráculo del Señor”.
Antífona: “No les tengas miedo, pues yo estoy contigo”
Padre nuestro..., las diez Ave María y el Gloria (se repita la antífona)
III. Tercer misterio. Contemplamos la llamada de los primeros discípulos.
Lectura bíblica Mc 1, 16-20
“Paseando Jesús junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que estaban echando las redes en el lago, pues eran pescadores. Jesús les dijo: Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres. Ellos dejaron inmediatamente las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan. Estaban en la barca reparando las redes. Jesús los llamó también; y ellos dejando a su padre Zebedeo en la barca con los trabajadores, se fueron con él”.
Antífona: “Dejaron inmediatamente las redes y lo siguieron”
Padre nuestro..., las diez Ave María y el Gloria (se repite la antífona)
IV. Cuarto misterio. Contemplamos la elección María para ser la madre del Señor.
Lectura bíblica Lc 1, 26-38
“Al sexto mes envió Dios al ángel Gabriel, a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una joven desposada con un hombre llamado José, de la descendencia de David; el nombre de la joven era María. El ángel entró donde estaba María y le dijo:
Dios te salve, llena de gracia, el Señor está contigo.
Al oír esta palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba que significaba tal saludo. El ángel le dijo:
No temas María pues Dios te ha concedido su favor. Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. El será grande, será llamado hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la descendencia de Jacob por siempre y su reino no tendrá fin.
María dijo al ángel:
¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones con ningún hombre?
El ángel le contestó:
El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra ; por eso, el que va ha nacer será santo y se llamará Hijo de Dios. Mira, tu pariente Isabel también a concebido un hijo en su vejez, y ya esta de seis meses la que todos tenían por estéril; porque para Dios nada hay imposible.
María dijo:
Aquí esta la esclava del Seño, que me suceda como tu dices.
Y el ángel la dejó”.
Antífona: “Aquí esta la esclava del Señor”
Padre nuestro..., las diez Ave María y el Gloria (se repite la antífona)
Antífona: “Llamó a los que él quiso”
Padre nuestro..., las diez Ave María y el Gloria
V. Quinto misterio. Contemplamos la institución de los apóstoles.
Lectura bíblica Mc 3,13-19
“Jesús, subió después a la montaña, llamó a los que él quiso y se acercaron a él. Designo entonces a doce, a los que llamó apóstoles, para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar con el poder de expulsar demonios. Designo a estos doce: a Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro; a Santiago, el hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el hijo de Alfeo, Simón el Cananeo y Judas, el que lo entregó”.
Antífona: “Llamó a los que él quiso”
Padre nuestro..., las diez Ave María y el Gloria
(se repite la antífona)
Oración
Oración
A ti Señor, nos dirigimos con confianza
Hijo de Dios,
enviado por el Padre a los hombres de todos los tiempos
y de todas las partes de la tierra
te invocamos por medio María,
Madre tuya y Madre nuestra:
haz que en la Iglesia no falten las vocaciones,
sobre todo las de especial dedicación a tu Reino.
Jesús, único Salvador del hombre,
te rogamos por nuestros hermanos y hermanas
que han respondido “sí“ a tu llamado al sacerdocio,
la vida consagrada y a la misión.
Haz que su existencia se renueve de día en día,
y se conviertan en Evangelio vivo.
Señor misericordioso y Santo,
Sigue enviado nuevos obreros
a la mies de tu Reino.
Ayuda a aquellos que llamas a seguirte en nuestro tiempo;
haz que, contemplando tu rostro,
respondan con alegría
a la estupenda misión que les confías
para el bien de tu pueblo y de todos los hombres.
Tú, que eres Dios
Vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo
Por los siglos de siglos.
Amén.
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