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EL ADN DE LA VOCACIÓN

https://youtu.be/XYAHTKtyR_s








  1. Me siento llamada a entregarme más a Dios y a los demás?
  2.  Me causa gozo la alternativa de ser toda de Dios?
  3.  La idea de ser religiosa aparece con regularidad en mi corazón y en mi mente, especialmente en momentos de oración?
  4. Me causa más satisfacción servir en las cosas  de Dios, por muy pequeñas que sean, que los éxitos profesionales?
  5. Siento grandes deseos de estar con el Señor en oración y de crecer en una profunda comunión con Él?
  6. Tengo un celo muy grande porque todos conozcan el amor de Dios y vivan su Palabra?
  7. No me detienen los sacrificios que envuelva hseguir la Voluntad de Dios?
  8.  Estoy dispuesta a dejar todo, familia, trabajo, relaciones, etc.. por el amor de Dios y su plan para mi vida?
  9. Me atrae la vida en comunidad, el hecho de compartir mi vida, la espiritualidad, el apostolado con otras hermanas?
  10. Tienes la percepción interior que pronto tendrás que hacer una decisión importante en tu vida?
  11. Siento deseos de conocer la Voluntad de Dios para mi vida y de responder a ella?
  12. Si has señalado varias de estas preguntas, puede ser que sea indicativo de una posible vocación
  13. No ignores esta señal, más bien trata de profundizar la búsqueda de la voluntaddel Señor con una acompañante vocacional




María, Madre del sí, tu ejemplo me admira.
Me admira porque arriesgaste tu vida;
me admira porque no miraste tus intereses
sino los del resto del mundo;
me admira y me das ejemplo de entrega a Dios.

Yo quisiera, Madre, tomar tu ejemplo,
y entregarme a la voluntad de Dios como tú.
Yo quisiera, Madre, seguir tus pasos,
y a través de ellos acercarme a tu Hijo.

Yo quisiera, Madre, tener tu generosidad y entrega
para no decir nunca «no» a Dios.
Yo quisiera, Madre tener tu Amor
para ser siempre fiel a tu Hijo.

Madre del sí, pide a tu Hijo por mí,
para que me dé tu valentía.
Pide a tu Hijo por mí, para que me conceda
un corazón enamorado de Él.
Pide a tu Hijo por mí, para que me dé
la gracia necesaria para entregarme y no fallarle nunca.






  • Un sentimiento: Muchas veces se escucha decir "siento vocación". En realidad la vocación no se siente. Es más bien una certeza interior que nace de la gracia de Dios y que exige una respuesta libre y voluntaria. Si Dios te llama, esta certeza irá creciendo en la medida que vayas respondiendo con generosidad.

  • Un refugio para el que tiene miedo a la vida.

  • Una carrera como cualquier otra.

·   Una seguridad matemática: en la vocación religiosa tienes que aceptar el riesgo de la misión, pero recuerda que es un riesgo en manos de Dios y en compañía de tu Comunidad




  
Un misterio de amor entre Dios que llama por amor y una persona que le responde libremente y por amor.

Una llamada a una misión en la tierra.

La decisión de una joven que quiere dedicar su vida a ayudar a sus hermanos.

La vocación es un proceso como toda historia de amor.
    Dios se esconde un poco cuando nos llama y es que quiere dejar el margen
     suficiente a  nuestra libertad.

Una invitación de Dios a la felicidad. Sería un error pensar que Dios pueda proponernos algo que no nos haga felices.

No olvides nunca que...
  • Quieres entregarle a Dios: tus ilusiones, tu vida, tus comodidades, el amor, la compañía, el honor, el dinero, la gloria, la fama.

  • La vocación, la llamada de Dios, no se pierde. Pero puedes dejar de escucharla, si diariamente no eres fiel a tu entrega, fiel a los propósitos que hoy haces, fiel por encima de todas las dificultades.

  • Las dificultades y sufrimientos son inherentes a toda vocación. De ahora en adelante cuenta con ellos. Cuenta con los ratos de aburrimiento, con tus soledades, con la incomprensión de los demás, con la monotonía... Los sufrimientos suelen venir por donde menos lo esperamos.

  • La perfección no es de este mundo y lo que importa es tu esfuerzo continuo por superarte.

  • El desánimo es una tentación de abandonar lo grande. No te desanimes cuando te experimentes incapaz de salvar el mundo, cuando veas la posible dejadez de algunos consagrados a Dios, cuando te encuentres como sólo en tu ideal, cuando observes a tu alrededor la indiferencia de los que debían ser mejores.

  • Sin vida constante de oración, de unión con Dios, pronto estarás más cerca del «mundo» que del «cielo» y entonces no vale la pena tu sacrificio de hoy.

  • Que una tentación constante en tu vida va a ser la de querer recuperar, poco a poco, lo que hoy dejas. Y una misionera, consagrada a Dios, no puede ser una triste solterona forzada a serlo.

Y recuerda diariamente, que la felicidad en tu vocación está en razón directa con tu entrega total. Dios jamás defrauda a quien pone toda su vida al servicio de la causa del Reino.






Discernir es, como dice la palabra misma, pasar por la criba, seleccionar, distinguir. Es la acción del trabajador de la construcción con la arena que prepara para hacer la mezcla. Es la tarea del pastelero que pasa por el cedazo la harina para cocinar un fino pastel.
La harina o la arena serían las opciones o decisiones que hay que ir tomando en el caminar vocacional. La criba sería la experiencia de Dios desde la meditación de su Palabra y la participación en los misterios de la fe, a través de la vida, la liturgia y los sacramentos.
El discernimiento es la búsqueda de la voluntad de Dios en nuestra vida, en nuestra conducta. Pero en el campo vocacional es llevarlo más adelante, es el discernimiento de nuestra vocación, del descubrimiento de la llamada de Dios
Al considerar la vocación específica no debes subrayar únicamente tus gustos, has de considerarla también como un servicio al mundo desde la Iglesia. Cuando tienes los ojos bien abiertos a las necesidades de las personas, entonces estás también abierta a un verdadero proceso de discernimiento




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La amistad con Jesús no tiene complicaciones. Jesús nollama solo para Él. Llama para que se haga lo que Él hizo, para que se salga del egoísmo, de la vida fácil y sin sentido.
Anunciar el Reino es tarea de valientes. Es morir como el grano de trigo para  convertirse en pan para los demás. Es estar dispuesta a dar la vida porque solo así se manifiesta el amor.



https://youtu.be/0kAToqf4Y7YAnunciar el Reino es llevar a otras personas la salvación. Es ser como el Maestro que no vino para ser servido sino para servir, es tener las actitudes de Jesús en relación con los otros.

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DECALOGO VOCACIONAL

Este decálogo te será un instrumento de primer orden para que lo utilices bien. Son pistas o indicios sencillos que te ayudarán a confirmar tu decisión vocacional. Es importante que al terminar la Convivencia Vocacional te vayas con el convencimiento de que tu elección está suficientemente fundamentada.
No todos los criterios que se indican deben darse a la vez en ti. Tampoco es necesario que se den con mucha intensidad. Basta con que sientas que “algo así” te está ocurriendo. Además, en el diálogo con tu acompañante te ayudará clarificar los posibles subjetivismos. Ahí van.
  1. 1.- No necesitas una evidencia o una seguridad total. Para este momento de la decisión no la precisas. Con tener una conciencia recta y bien informada, no necesitas más de un 51% de razones para decidirte.
  2. 2.- Los ejercicios de búsqueda vocacional hechos hasta ahora te llevan, en general, a iguales o parecidas conclusiones.
  3. 3.- A medida que te clarificas vas encontrando paz interior, libertad, gozo, ser tú mismo… Al decidir no te mueve ni la angustia, ni el agobio, ni tampoco la euforia que suele ser muy mentirosa.
  4. 4.- Has elegido las “preferencias de Jesús” y te sientes agradecido y humilde.
  5. 5.- Has entendido que tu decisión centra y orienta tu vida y te ayuda a entender tu pasado y tu presente como una historia conducida desde siempre por el Señor, tu Dios.
  6. 6.- Tu decisión vocacional se apoya no tanto en tus propias fuerzas, sino en la bondad y en la fidelidad del Señor contigo. Y eres muy realista; no caes en autosuficiencias ni pesimismos.
  7. 7.- Tienes claro qué debes hacer ahora, dónde ir y quién te debe seguir ayudando. Ello no quiere decir que lo tengas todo absolutamente clarito y controlado.
  8. 8.- Al tomar la decisión te apoyas en Dios. Y cuentas también con la ayuda de María. Te sientes en paz y en libertad. No dependes de tener éxito, de sentirte cómodo, de triunfar…. Sólo Dios es tu roca. Lo demás son arenas movedizas.
  9. 9.- Cuando piensas en un posible fracaso futuro, en una equivocación, en una pérdida de años preciosos… no pierdes ni la paz ni la confianza en el Señor, tu Dios.
  10. 10.- Y todo esto, sin hacer “espectáculos”, desde la sencillez y la humildad, sin autosuficiencias, sin tocar trompetas ni hacer llamadas de atención. Lo haces en silencio y en fe, como María.


es Dios quien llama y no deja de hacerlo.



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