María, Madre y Modelo de la Vida Consagrada
Autor: Fr. Carlos Lledó López O.P.
Autor: Fr. Carlos Lledó López O.P.
La vida de María es espejo en el que resplandece el carisma de la vida consagrada: los votos, las observancias regulares, la oración litúrgica y personal, la vida común, las virtudes, la ascesis, el apostolado… Imitar a María es "regla de conducta", "proyecto de vida" para el consagrado.
La relación filial del consagrado con María es camino privilegiado de fidelidad a la vocación. María nos ofrece el verdadero amor y nos anima a ofrecer nuestra vida por Cristo, en la Iglesia, para la salvación de las almas.
El consagrado aprende de María a ser transparencia de Cristo, tratando de vivir al estilo de María, haciendo de su vida un Sí sostenido: Sí a la comunión trinitaria, Sí a Cristo y su Evangelio, Sí a la Iglesia, Sí al Fundador, Sí a las Constituciones. Sí a las "sanas tradiciones".
El consagrado recorrerá el camino de su vida cantando el "Magnificat" con María, proclamando las grandezas del amor y la misericordia del Señor, desbordando el fruto de la contemplación sobre la Iglesia y el mundo.
El consagrado vivirá totalmente entregado a María, Madre y Maestra, Prototipo y Modelo de la Vida consagrada. El consagrado vive totalmente convencido de que ser totalmente de María, es la mejor manera de ser totalmente de Cristo y de su Iglesia en fidelidad a su vocación y carisma.
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