Hora Santa Vocacional

El Sagrado Corazón de Jesús y las Vocaciones

El Sagrado Corazón de Jesús y las Vocaciones


SE EXPONE EL SANTISIMO SACRAMENTO

Se lo recibe con un canto que conozca la comunidad.



PREPARACIÓN


Guía:

La búsqueda de Dios es apasionada, gozosa; florece en los que están enamorados de un Dios que nos ha tocado el corazón con su hermosura. Está llena de imágenes, de colorido, de frescura, de luz; está llena de vida.

Muchos orantes la han convertido en un gemido vivo.

San Agustín y San Juan de la Cruz nos prestan sus palabras:


Orante 1:

"Exhalaste tu perfume, y respiré, y suspiro por Ti. Gusté de Ti, y siento hambre y sed. Me tocaste, y me abraso en tu paz".


Orante 2:

"¿Adónde te escondiste, Amado y me dejaste con gemido? Salí tras ti corriendo...".




Guía:

Si no estamos así de enamorados, digamos al menos, que nos gustaría estarlo para buscar a Dios como "busca la cierva las corrientes de agua".

Respondamos cantando: -Mi alma tiene sed de Dios, ¿cuándo llegaré a ver su rostro?-


Orante 1:

Mi alma tiene sed del Dios vivo:
¿cuándo veré el rostro de Dios?
Como busca la cierva
corrientes de agua,
así mi alma te busca a ti, Dios mío. R.

Tiene sed de Dios del Dios vivo:
¿cuándo entraré a ver
el rostro de Dios? . R.

Envía tu luz y tu verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta tu morada. R.

Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,
Dios, Dios mío. R.


Orante 2:

Llama al Espíritu y pídele su luz y verdad, para que te guíen en la vida de cada día.


Orante 1:

Únete a todos los enamorados de Dios y di con ellos: ³Mi alma tiene sed de ti, Dios vivo², ³mi alma te busca a ti, Dios mío².


Orante 2:

Acércate a Dios con gozo, pues es el Dios de tu alegría y cántale al son de la cítara de tu corazón.



CANTO O SALMO DE Adoración o ALABANZA


Orante 1: 

A veces buscamos a Dios con tan pocas ganas que cualquier dificultad es un enorme impedimento que nos cierra el paso. Buscarlo hoy, con pasión, con gozo, unido a los hermanos y hermanas, puede ser una aventura apasionante.



ESCUCHA Y ORACIÓN CON LA PALABRA DE DIOS


Guía:

Escuchemos el anuncio de la buena noticia de Jesús.


Lector: Jn 7, 37-39

El último día, el más solemne de la fiesta, Jesús, poniéndose de pie, exclamó: «El que tenga sed, venga a mí; y beba el que cree en mí». Como dice la Escritura: "De su seno brotarán manantiales de agua viva". El se refería al Espíritu que debían recibir los que creyeran en él.

Palabra del Señor


Orante 1:

Señor tenemos sed de vos.

Hemos venido a contemplarte, a adorarte.

Necesitamos de tu presencia, necesitamos de tu amor y gracia.

Abre Señor tu corazón traspasado para que bebamos en el, el agua viva de tu Espíritu.


Orante 2: 

Corre, con vivo deseo, a esta fuente de vida y de luz, quienquiera que seas, ¡oh alma amante de Dios!, y con toda la fuerza del corazón exclama:


Orante 1: 

«¡OH hermosura inefable del Dios altísimo, resplandor purísimo de la eterna luz! ¡Vida que vivificas toda vida y luz que iluminas toda luz y conservas en perpetuo resplandor millares de luces, que desde la primera aurora fulguran ante el trono de tu divinidad!


Orante 2: 

¡Oh eterno e inaccesible, claro y dulce manantial de la fuente oculta a los ojos mortales, cuya profundidad es sin fondo, cuya altura es sin término, su anchura ilimitada y su pureza imperturbable!


Orante 1: 

De ti procede el río que alegra la ciudad de Dios, para que, con voz de regocijo y gratitud, te cantemos himnos de alabanza, probando por experiencia que en ti está la fuente viva, y tu luz nos hace ver la luz.



CANTO O SALMO DE ALABANZA

Reflexión personal EN TORNO A LA PALABRA DE DIOS


Guía:

Escuchemos nuevamente la Palabra de Dios


Lector: Jn 19, 32-34

Los soldados fueron y quebraron las piernas a los dos que habían sido crucificados con Jesús. Cuando llegaron a él, al ver que ya estaba muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua.

Palabra de Dios


Orante 2:

EL CORAZÓN DE CRISTO
Es como un río
Que brota de su muerte
Este río calma la sed y se hace fuente

Fuente de vida
de santidad
por el bautismo
en el Espíritu Santo.

Fuente de alegría
para los pobres.

Signo de los tiempos escatológicos.

Este corazón es lugar de quietud y reposo
de intimidad
y de amor fraterno


Orante 1:

EL CORAZÓN DE CRISTO
Es como un río que brota de su muerte


Orante 2:

"El corazón del rey es una corriente de agua en manos del Señor: él lo dirige hacia donde quiere." Prov. 21,1


Silencio Breve.


Orante 1:

"Uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza, y en seguida brotó sangre y agua."


Silencio Breve.


Orante 2:

Para que del costado de Cristo dormido en la cruz se formase la Iglesia y se cumpliese la Escritura que dice: Mirarán al que atravesaron, uno de los soldados lo hirió con una lanza y le abrió el costado. Y brotando de la herida sangre y agua, se derramase el precio de nuestra salud, el cual, manando de la fuente del corazón, diese a los sacramentos de la Iglesia la virtud de conferir la vida de la gracia, y fuese para los que viven en Cristo como una copa llenada en la fuente viva, que salta hasta la vida eterna.


Silencio Breve.


Los padres de la Iglesia vieron en esta sangre derramada el sacramento de la Eucaristía que los sacerdotes actualizan en cada misa haciendo presente a Jesús y el amor de su Corazón.


Orante 1:

La Eucaristía es centro y cumbre de la vida de la Iglesia, también lo es del ministerio sacerdotal. Por eso, con ánimo agradecido a Jesucristo, nuestro Señor, reitero que la Eucaristía «es la principal y central razón de ser del sacramento del sacerdocio, nacido efectivamente en el momento de la institución de la Eucaristía»


Oremos ahora por los sacerdotes y las vocaciones sacerdotales


Orante 2:

¡Oh, Jesús!, Sacerdote eterno,

guarda tus sacerdotes bajo la protección de tu Sagrado Corazón,

guarda las manos ungidas que tocan cada día tu sagrado cuerpo,

guarda sus labios, diariamente teñidos con tu preciosa sangre.


Orante 1: 

Bendice sus tareas apostólicas con abundante fruto,

y haz que las almas confiadas a su celo y pastoreo,

sean su alegría acá en la tierra

y formen en el cielo su hermosa e inmarcesible corona. Amén.


Orante 2: 

¡Oh, Jesús!, Sacerdote eterno,

guarda bajo la protección de tu Sagrado Corazón,

a quienes se están preparando para el ministerio sacerdotal:

que crezcan en gracia y santidad,

e intercede para que haya abundantes

y santas vocaciones sacerdotales en nuestra Iglesia.


Orante 1:

Este río calma la sed y se hace fuente

"Qué el hombre sediento se aproxime, que el hombre de deseos reciba el agua de la vida gratuitamente" Ap. 22,17


Silencio Breve.


Orante 2:

Fuente de vida y de santidad 

"Un doble pecado ha cometido mi pueblo: ellos me han abandonado a mí, la fuente de agua viva, para cavarse cisternas, cisternas agrietadas que no pueden contener el agua" Jr 2,13


Silencio Breve.


Orante 1:

Los consagrados han encontrado en Jesús y en su presencia eucarística el centro de su vida personal y comunitaria.


Oremos a Jesús presente en la Eucaristía por los consagrados y consagradas y especialmente por el aumento de las vocaciones consagradas.


Orante 2:

Jesús, Hijo de Dios, santifica a los hijos e hijas que se han consagrado a ti para la gloria de tu Padre.

Te damos gracias por el don de la vida consagrada, que te busca en la fe y te pedimos que invites a otros jóvenes a caminar hacia ti.


Silencio Breve.


Orante 1:

Jesús Salvador, así como has dado tu forma de vivir a quienes has llamado, continúa atrayendo hacia ti personas que, en nuestro tiempo, sean testigos de tu misericordia, anuncio de tu retorno, y signo viviente de los bienes de la resurrección futura. ¡Ninguna tribulación los separe de ti y de tu amor!


Silencio Breve.


Orante 2:

Espíritu Santo, Amor derramado en los corazones, que concedes gracia e inspiración a las mentes, suscita en muchos hermanos y hermanas jóvenes el deseo de consagrarse plenamente a Vos. Colmá sus corazones con la íntima certeza de haber sido escogidos para amar, alabar y servir.

Que gusten de tu amistad, llénalos de tu alegría y de tu consuelo, ayúdalos a superar los momentos de dificultad y a levantarse con confianza tras las caídas.


Silencio Breve.


Orante 1:

por el bautismo en el Espíritu Santo

Maridos, amen a su esposa, como Cristo amó a la Iglesia y se entregó por ella, para santificarla. El la purificó con el bautismo del agua y la palabra, porque quiso para sí una Iglesia resplandeciente, sin mancha ni arruga y sin ningún defecto, sino santa e inmaculada. Del mismo modo, los maridos deben amar a su mujer como a su propio cuerpo. El que ama a su esposa se ama a sí mismo. Nadie menosprecia a su propio cuerpo, sino que lo alimenta y lo cuida. Así hace Cristo por la Iglesia. Efesios 5, 25ss


Silencio Breve.


Orante 2:

Oremos por los matrimonios y por quienes son llamados a ser signo del Amor entre Cristo y la Iglesia.


Padre Bueno, mira a los jóvenes que están caminando hacia el matrimonio y la familia, ábreles nuevos horizontes, ayudándoles a descubrir la belleza y la grandeza de la vocación al amor y al servicio de la vida.


Orante 1: 

Señor Jesús, que a todos llamas con una vocación particular. Te pedimos por nuestros hermanos y hermanas Laicos que, teniendo el cometido de interpretar con Tu luz la historia de este mundo, iluminen y ordenen todas las realidades temporales según tu designio Creador y Redentor.


Orante 2:

Espíritu Divino, renueva el don del sacramento matrimonial, al mismo tiempo vocación y mandamiento, a los esposos cristianos, para que permanezcan siempre fieles entre sí, por encima de toda prueba y dificultad, en generosa obediencia a la santa voluntad del Señor Jesús: «lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre».


Orante 1:

Fuente de alegría para los pobres

Los pobres y los indigentes buscan agua en vano, su lengua está reseca por la sed. Pero yo, el Señor, les responderé, yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. Haré brotar ríos en las cumbres desiertas y manantiales en medio de los valles; convertiré el desierto en estanques, la tierra árida en vertientes de agua. Isaías 41, 17-18


Silencio Breve.


Orante 2:

Signo de los tiempos escatológicos

Porque el Cordero que está en medio del trono será su Pastor y los conducirá hacia los manantiales de agua viva. Y Dios secará toda lágrima de sus ojos. Apocalipsis 7,17


Orante 1:

Este corazón es lugar de quietud y reposo

Vengan a mí todos los que están afligidos y agobiados, y yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana. Mt 11, 28-30


Silencio Breve.


Orante 2: 

de intimidad y de amor fraterno.

Dios es testigo de que los quiero tiernamente a todos en el corazón de Cristo Jesús. Y en mi oración pido que el amor de ustedes crezca cada vez más en el conocimiento y en la plena comprensión, a fin de que puedan discernir lo que es mejor. Así serán encontrados puros e irreprochables en el Día de Cristo. llenos del fruto de justicia que proviene de Jesucristo, para la gloria y alabanza de Dios. Fil 1, 8-11


Guía: (si hay tiempo)

Oremos ahora todos juntos a Dios, Espíritu Santo, alma viviente de la Iglesia.


Orante 1:

Espíritu de Amor eterno,
que procedes del Padre y del Hijo,
te damos gracias por todas las vocaciones
de apóstoles y santos que han fecundado la Iglesia.
Continúa, todavía, te rogamos, esta tu obra.


Orante 2:

Acuérdate de cuando, en Pentecostés,
descendiste sobre los Apóstoles reunidos en oración
con María, la madre de Jesús,
y mira a tu Iglesia de Buenos Aires,
hoy tiene una particular necesidad de sacerdotes santos,
de testigos fieles y autorizados de tu gracia;
tiene urgente necesidad de laicos y laicas,
que se comprometan con el mundo de hoy,
llamados por Dios para contribuir,
desde dentro a modo de fermento,
a la santificación del mundo;

tiene necesidad de consagrados y consagradas,
que manifiestan el gozo de quien vive sólo para el Padre,
de quien hace propia la misión y el ofrecimiento de Cristo,
de quien construye con la caridad el mundo nuevo.


Orante 1:

Espíritu Santo, perenne Manantial de gozo y de paz,
eres tú quien abre el corazón y la mente a la divina llamada;
eres tú quien hace eficaz cada impulso
al bien, a la verdad, a la caridad.


Orante 2:

Tus "gemidos inefables"
suben al Padre desde el corazón de la Iglesia,
que sufre y lucha por el Evangelio.


Orante 1: 

Abre los corazones y las mentes de los jóvenes,
para que una nueva primavera de santas vocaciones
manifieste la constancia de tu amor
y todos puedan conocer a Cristo,
luz verdadera del mundo,
para ofrecer a cada ser humano
la segura esperanza de la vida eterna Amén.



ORACIÓN DE LA CAMPAÑA 


Guía:

También vamos a asumir un pequeño compromiso: llevamos la ESTAMPA con la ORACIÓN DE LA CAMPAÑA que, ahora vamos a rezar, para rezarla en casa, cuando podamos.


Rezamos todos juntos:

Jesús,
que sientes compasión al ver la multitud
que esta como oveja sin pastor,
suscita, en nuestra Iglesia de Buenos Aires,
una nueva primavera de vocaciones.

Te pedimos que envíes

- Sacerdotes según tu corazón
que nos alimenten con el pan de tu Palabra
y en la mesa de tu Cuerpo y de tu Sangre

- Consagrados que, por su santidad,
sean testigos de tu Reino

- Laicos que, en medio del mundo,
den testimonio de Ti con su vida y su palabra.

Buen Pastor,
fortalece a los que elegiste
y ayúdalos a crecer en amor y santidad
para que respondan plenamente a tu llamado.
María, Madre de las vocaciones,
ruega por nosotros. Amen



BENDICIÓN EUCARÍSTICA


Guía: 

Con la alegría de haber compartido este rato de oración y adoración nos disponemos a recibir la BENDICIÓN CON EL SANTÍSIMO SACRAMENTO.


Canto DE ADORACIÓN Al Santísimo

Guía:

Nos despedimos cantando: 


http://es.catholic.net/
fuete: 

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